Una balada rock instrumental que teje el tejido de la experiencia humana. Comienza con el eco de un camino no recorrido, un paso retenido, una palabra no dicha o una oportunidad no aprovechada. Las notas resuenan con el peso de las oportunidades perdidas.

De repente surgen la ira y el dolor, que se entrelazan como la hiedra, atenazando el corazón. Bailan sobre los pentagramas, reclamando atención. El crescendo se estrecha, arrastrándote a su tempestad.

Finalmente buscas refugio en la ilusión, un frágil santuario donde florecen realidades alternativas.

Imaginas una existencia paralela: el camino recorrido, las palabras pronunciadas, los triunfos celebrados. En este reino imaginario, ¿cómo habría sido la vida? La música cambia, pintando esta realidad diferente con pinceladas de anhelo y posibilidad.

Estos tres estados: memoria, ira e imaginación, se entrelazan sin juicio. Son los hilos de nuestra humanidad compartida, entretejidos en el tapiz de la existencia. Todos hemos estado en esta encrucijada, hemos sentido el dolor de lo que podría haber sido y hemos encontrado consuelo en las melodías de la aceptación.